El 22 de junio de 1935 aparecen publicado en el Heraldo de
Madrid los cargos directivos electos del
Ateneo, entre ellos, en la sección de Ciencias Morales y Políticas que preside
Azaña, el granadino Antonio Ramos Herrero.
Pero ¿quién es este granadino de “poderosa” figura, un desconocido que se codea con lo más granado
de la política madrileña y que terminara protagonizando uno de los actos heroicos
de la defensa de Madrid?
Antonio Ramos es oriundo de la Gabia Grande donde nace el 1
de agosto 190. Hijo del médico y cirujano
Francisco Ramos cuya familia procede de Churriana y de Purificación
Herrera procedente de Figiliana. Su madrina es doña Rosa Cobo del Rosal.
Sus primeros años discurren entre Granada y Almería y tras
la pérdida de sus padres debe encontrarse en una situación económica precaria
que hace que trabaje como modesto escribiente.
En 1925 comienza sus estudios de Magisterio en la Escuela
Normal de Granada que compagina a partir de 1926 con estudios de Derecho en el
último año de esta carrera realiza el curso de ingreso en Filosofía y Letras. Su
avidez de conocimiento es infinita.
Increíblemente logra terminar las dos carreras en cuatro
años compaginándolas con su modesto trabajo de escribiente, siempre pidiendo exención de matrícula debido
a su condición de huérfano. Una de las cartas se la avala un familiar, Antonio
Ramos López farmacéutico del Realejo.
Entre 1930 y 1933 inicia sus viajes. Al parecer sale de
España por cuestiones políticas y una herencia le permitirá conocer mundo.
Comienza con una estancia en Filipinas donde trabaja en un periódico y desde
donde pide, como consta en los documentos que hemos estudiado del Centro de
Documentación de la UGR, su título de
Abogado y Maestro. Pero no se quedará allí pasará por Saigon, Harbour Port,
Marsella y Alemania hasta su regreso.
El mismo año de su vuelta a España conoce a su mujer, Sara
Conde, con ella tendrá dos hijos Sigfrido y Libertad que fallecería en poco
tiempo cuando esta ya viuda se traslada a Cataluña.
Reaparece en Madrid donde trabaja como profesor de Latin y al parecer lleva una frenética actividad política
siendo “colaborador activo” y “asesor jurídico y estratégico” en su condición
de abogado, como dice su nieto Sigfrido, de gente de la talla de Margarita
Melken, Federica Montseny, Wenceslao Carrillo. Solamente salta al primer plano
con su elección como secretario en la sección de Ciencias Morales y Políticas
del Ateneo que en ese momento contaba entre sus dirigentes a Barnes, Giral,
Sanchez Albornoz y Valle Inclan.
Su compromiso con el Fente Popular, es miembro de FETE-UGT,
y el republicanismo le lleva a firmar un manifiesto dirigido “A todos los maestros de España” que aparece
en el Heraldo el 12 de febrero de 1936
en la que se alaba la labor de Marcelino Domingo y Fernando de los ríos “que iniciaron la magna obra de la
ilustración del pueblo para infundir el espíritu de la democracia” y
propugna una República sustentada en “la
cultura y en la educación cívica”.
Llega la guerra, Antonio se sindica en la CNT, pronto entra
en combate como sargento en las Navas de Pinares desde donde se le traslada a
Madrid por orden de 13 de octubre y en veinte días pasa a Capitán, el 3 de Noviembre
le nombran Comandante. Su carrera militar, como otras que emprendió en su vida,
fue meteórica. Ya el 3 de noviembre, el día antes de su muerte, recibe efusivas felicitaciones del Jefe
Militar de la COLUMNA ESPAÑA LIBRE “al enterarse de la magnífica actuación tenida
por usted durante las últimas horas, acuerda con toda cordialidad enviarle la más
efusiva y emocionada felicitación”.
Antonio participa activa y valientemente con esta columna en la Defensa de Madrid
a principios de noviembre. Las tropas de Varela avanzan después de la
liberación del Alcazar, Madrid se prepara para resistir, es el cuatro de
noviembre de 1936.
Así relata su muerte Eduardo de Guzman en el libro Madrid
Rojo y Negro“El comandante Ramos está a treinta metros ya. Arrastrándose por el
suelo, el comandante Ramos se acerca. Un millar de hombres sigue con emoción
enorme, sin respirar casi, su heroica empresa. Cuando está próximo, Ramos se
incorpora, una bomba cruza el espacio, una explosión aturde los oídos y el
tanque se inclina pesadamente sobre uno de sus costados. Pero al mismo tiempo
que Ramos, el tanque ha tirado también sus ametralladoras. Nueve balazos
traspasaron el cuerpo. Cayó pesadamente junto al monstruo fascista.
Electrizados por su ejemplo, los hombres saltan las trincheras, avanzan sobre
los tanques, persiguiéndolos con sus bombas de mano. Los tanques huyen a la
desbandada. Ramos está muerto: MADRID, SALVADO……”
¿Quién fue entonces Antonio Ramos? Como me dijo el maestro
Gregorio Morales Villena : “No fue solo
por tanto un destacado ateneísta, maestro o profesor , (abogado) , y militar ,
sino que defendió el concepto republicano de enseñanza. Una suerte de hombre de
armas y letras, un caballero cervantino, un defensor de la LIBERTAD”.
No se puede competir con tan justa y bella definición.
“Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta", Miguel Hernández, Vientos del pueblo.
Publicado en GRANADAIMEDIA el 12 de diciembre del 2014
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